29 de mayo de 2010

CUANDO RETROCEDEMOS OTROS PUEDEN SUFRIR

El apóstol Pablo en su carta al joven aprendiz Timoteo, nos enseña que somos parte del ejercito de Jesucristo1, un equipo invencible que tiene como objetivo luchar por las almas de las personas que están bajo el dominio de Satanás, lo cual nos lleva a trabajar en equipo para no sufrir bajas en esta batalla en regiones celestes2 para lograr así; nuestro objetivo principal dado por Jesucristo3.

En esta batalla podemos sufrir bajas en las siguientes condiciones:

1-      Cuando batallamos solos: Así como Satanás lucha acompañado para ganar más rápido terreno y vencer a los más débiles ya que oponen menos resistencia. Nosotros debemos batallar acompañados para resistir mayor tiempo, y poder ayudar a nuevos integrantes de este ejercito para que adquieran experiencia rápidamente.
2-      Cuando las tácticas utilizadas son carnales: En esta batalla la lucha es espiritual, por lo tanto las estrategias que debemos de ejecutar; deben ser dadas por Jesucristo ya que él es nuestro General en el campo de batalla.
3-      Cuando no hay unidad: La unidad es la base de este ejecito y una de sus Armas de Destrucción Masiva (ADM), es muy importante ya que debemos de actuar en un mismo sentir y en un mismo pensar guiados por el Espíritu Santo.
4-      Cuando no estamos preparados: En este ejercito tenemos que estas preparados con toda la armadura de Dios4 para poder luchar y no ser heridos, o en un caso extremo, ser baja significativa5.

Si permaneces alerta a discernir el mundo espiritual que te rodea, sabrás cuándo el enemigo va a atacar y estarás listo para sacarlo de circulación antes de que se disponga a hacerlo.

Dios nos esta llamando a con vivir en unidad en Espíritu, por lo cual como pertenecemos a un cuerpo pero todos los miembros tienen distintas funciones, debemos apoyarnos los unos a los otros para no causar división, y estar dispuestos a que el Espíritu Santo nos dirija para que el carácter y el temperamento no causen inestabilidad espiritual en cada uno de los ministerios.

LA UNIDAD DE TODO LOS CREYENTES
Los creyentes son uno en:     
Nuestra unidad se experimenta en:
Cuerpo
La comunión de los creyentes: la Iglesia
Espíritu
El Espíritu Santo que activa la comunión
Esperanza
Ese futuro glorioso al que somos llamados
Señor
Cristo, al que todos pertenecemos
Fe
Nuestra entrega única a Cristo
Bautismo
Simboliza la entrada a la Iglesia
Dios
Dios, nuestro Padre, nos guarda por la eternidad



1 2 Ti. 2:3, 2 Ef. 6:12, 3 Mt. 28:19, 4 Ef. 6:13-20 5 Mt. 12:45,